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Liceo Andres Bello A-94

Critica presentación 155 Aniversario USACH

Orquesta Clásica Usach, Santiago Meza
Mozart por la Orquesta Clásica
Gilberto Ponce 8/7/2004


Para celebrar un aniversario más de la Universidad de Santiago, la Orquesta Clásica de esa casa de estudios, que dirige Santiago Meza, junto a los coros de la Universidad de Santiago, que dirigen Rodrigo Díaz y Santiago Marín, y el del Liceo Andrés Bello de San Miguel, dirigido por Israel Olivares, ofrecieron un Festival con obras de Mozart.

Sus resultados fueron disparejos y pensamos que el talentoso director Santiago Meza no se sintió cómodo, por lo heterogéneo de los participantes. Meza se mueve con soltura frente a su orquesta, que a sus precisas indicaciones, responde con atención. No obstante, esta circunstancia no fue suficiente para lograr un resultado plenamente satisfactorio. Las razones las encontramos en un buen coro escolar, con deficiencias propias de ese nivel, un coro universitario que está en evolución y un grupo de solistas que en este momento se encuentra a un buen nivel de entusiasmo, con un gran talento natural, pero aún sin pulir.

El concierto se inició con una correcta versión de la obertura de la ópera La Flauta Mágica, donde quedaron en evidencia las cualidades de las diversas familias de la orquesta, como del manejo que posee Meza de su conjunto.

Dos de las célebres cantatas masónicas de Wolfgang Amadeus Mozart siguieron el programa. Escritas para tenor solista, acompañado de coro masculino y orquesta. Si bien el tratamiento para el coro no reviste mayores dificultades, con solo algunos momentos de exigencia para la cuerda de tenores, no es el caso del tenor solista, que debe salvar una serie de dificultades tanto de tesitura, como de ritmo, como asimismo poseer un volumen que le permita sustentar su línea melódica frente a la orquesta.

Pensamos que fue un error la amplificación de los coros, pues no contribuyó a una mejor audición, y solo impidió escuchar los juegos dinámicos, convirtiendo las versiones en algo plano.

La Cantata “Dir, Seele” K. 429, está escrita en tres partes, un coro de inicio, que se repite al final, de dificultades relativas, que fue cantado con bastante entusiasmo, mejorando en la repetición. Es muy interesante observar a los jóvenes de liceo, cantar junto a los integrantes del coro universitario, por la experiencia que estos les pueden aportar. El mismo entusiasmo se observó en la segunda cantata “Die Maurerfreude”, en su breve sección final, en escritura más polifónica.

Mauricio González, (tenor) que posee un bonito y agradable timbre, se encuentra en este momento muy fuera de las exigencias que Mozart requiere del solista, sus agudos son precarios, y sus notas graves casi inaudibles, su canto es más instintivo que técnico, y en el aspecto rítmico, las cantatas estuvieron por sobre sus actuales condiciones.

Su desempeño mejoró mucho en la Misa de la Coronación, pues las dificultades están más a su alcance, pensamos que con sus condiciones, y bien guiado en lo técnico, puede llegar a ocupar un lugar de importancia.

La Misa K. 317 llamada “de la Coronación” obra juvenil de Mozart, donde se contó con la participación del Coro de la Universidad de Santiago, nos mostró a un director más cómodo, solo preocupado del equilibrio sonoro con los solistas, pero que en lo fundamental, logró resultados muy alentadores.

El coro debe trabajar más el sonido y timbre en sus cuerdas, en ciertos momentos los agudos resultan precarios, restando brillo al bonito sonido de las sopranos. Esto lo consideramos importante pues han superado un problema de muchos coros, la afinación.

Los solistas pueden llegar a tener carreras de importancia, si utilizan bien sus cualidades. La soprano Carolina Grammelstorff posee un hermoso timbre, es muy afinada, aunque con una tendencia a cantar todo igual. La contralto Nedda Cifuentes, con timbre en su cuerda, debiera desarrollar más su voz, y el bajo Juan Pablo Dupré, igualmente debiera trabajar muy intensamente para no desperdiciar el enorme potencial que posee.

Aunque pueda quedar una impresión negativa del concierto, lo cierto es que estamos frente a promesas que, dependiendo sólo de su interés y estudio, pueden llegar a convertirse en certezas. En general un concierto que deja con un sabor de esperanza, donde el director Santiago Meza tuvo mucho que decir.

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